La segunda parte analiza el efecto potencial del hombre en las áreas silvestres del mundo. A medida que la población humana ha crecido, solo una cuarta parte de la tierra de la Tierra permanece deshabitada (aparte de la Antártida). Aunque alrededor del 12% está protegido, esto puede no ser suficiente, siempre que dichos lugares no sean solo "recintos" y también se gestionen los territorios limítrofes. Las montañas Semien de Etiopía están cada vez más invadidas por tierras de cultivo, y este ejemplo lleva a la cuestión de la superpoblación. Algunos entrevistados argumentan que no se trata solo de números: la forma en que los humanos consumen sus recursos naturales también es importante.